Los videojuegos: cada vez más negocio y menos juego

De manera llamativa las agencias de noticias estadounidenses, y por tanto todas las demás, están insistiendo estos días en el gran éxito de ventas de Halo 3, una historia en clave de saga que ha desarrollado la empresa Bungie para la videoconsola Xbox 360 de Microsoft. El objetivo final del juego es salvar a la humanidad de un ataque alienígena. Su protagonista es el Jefe Maestro, un súper soldado que se oculta tras un casco, de manera que el jugador actúa a través de él. Su objetivo es destruir los Halo, unas armas en forma de anillo que amenazan la galaxia, y detener a los Covenant, que quieren hacerse con dichas fuentes de poder. Se trata, en definitiva de un "juego de disparos" (un "shooter" en primera persona dicen los especialistas), y como puede deducirse con facilidad no es precisamente un canto a la originalidad o al pensamiento estratégico.
Actualmente, la industria del videojuego es una de las más rentables en el ámbito del ocio doméstico. El primer juego de esta serie de éxito se comercializó en 2001. En la creación de esta última entrega han participado 150 personas y el gigante informático ha invertido 10 millones de dólares en su promoción. El juego se lanzó en Estados Unidos el pasado día 25 de septiembre y logró recaudar 170 millones de dólares en 24 horas; más dinero que Spiderman 3 en el primer fín de semana de exhibición (152 millones de dólares) o la última entrega de Harry Potter (155 millones de dólares). Ya se ha anunciado que Peter Jackson, el director de la trilogía de El Señor de los Anillos, producirá una versión cinematográfica de este videojuego. ¿Qué significa que los films y los videojuegos de éxito mundial sean cada vez más simples en sus esquemas narrativos, más violentos y más primarios emocionalmente? ¿Quién decide que esto sea así? ¿A quién beneficia?

Comentarios

Entradas populares de este blog

La educación según Noam Chomsky

Dibujos animados para hacer pensar a los adultos

Clint Eastwood